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Evang Hector L Vazquez
on 17 hours ago
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Puesto a prueba
Evangelista Hector L Vazquez
2 Reyes 7:3-8 narra que a la entrada de la ciudad había cuatro hombres con lepra, Giezi Y sus tres hijos (hebreo. Gêja5î, tal vez "valle de la visión [vista]"). ¿Cómo se llegó a la conclusión de que era Giezi con sus 3 hijos? Hombres estudiosos de la biblia colocan en expectativa los elementos que nos llevan a través de los capítulos que nos anteceden al capítulo 7 que siguiendo el orden de la historia refiriéndonos al orden cronológico bíblico sugiere que los leprosos a la puerta de Samaria, quienes descubrieron la misteriosa huida de Ben-adad (ver 2 Rey. 7:3-8), fueron Giezi y sus hijos por encontrarse ellos en el escenario bíblico de aquel tiempo en samaria. Aun si, ilustra la caída espiritual de Giezi. La lepra era considerada un castigo espiritual/físico de Dios por su tendencia a seguir los llamados de la carne, refiriéndonos al pecado de la avaricia. Aunque la historia de Giezi comienza como un fiel asociado de Eliseo y con celo protector (2 Reyes. 4:27), la codicia lo venció, transformándolo en un símbolo de avaricia para las generaciones futuras. Una falla de carácter destruyó un futuro sin límites. Eliseo sirvió fielmente a Elías, y lo sucedió con un ministerio profético propio. Si Giezi hubiese sido fiel, ¿habría llegado a ser el sucesor de Eliseo? La historia no registra especulaciones. Giezi es recordado por el engaño, la codicia y el haber recibido la maldición de la lepra de Naamán, él y su descendencia ósea también sus descendientes entiéndase esposa e hijos, en casos similares o propios dentro de lo normal. Ya que el único leproso que se registra en esta historia en escenario bíblico con Eliseo es Giezi y su descendencia. Entiéndase que en el momento en que Giezi quedo leproso trascendió a él y a su familia. Por eso los analistas creen que los que aparecen en 2 reyes 7 es Giezi y su familia por reunir las mismas características. He aquí un breve análisis exegético. Cabe la posibilidad que pudo ser Giezi o descendientes de Giezi
Quienes se decían entre ellos: “¿Qué estamos haciendo acá sentados esperando morir? Si entramos en la ciudad, moriremos de hambre, pues no hay nada para comer, y si nos quedamos sentados, también moriremos. Mejor vayamos al campamento de los sirios; si nos perdonan la vida, qué bueno, y si nos matan, no importa, de todos modos, vamos a morir”.
Al anochecer, fueron allá. Cuando llegaron al lugar, se dieron cuenta que no había nadie. Dios había hecho que el ejército de Siria escuchara ruidos como de carros de guerra, de caballos y de un gran ejército, por lo que huyeron, abandonándolo todo.
Al entrar a una de las carpas, se pusieron a comer y a beber. También tomaron oro, plata y ropa, y todo eso lo escondieron. Luego entraron en otra carpa, tomaron las cosas que allí había, y fueron a esconderlas. Pero después dijeron: “No estamos haciendo lo correcto. Hoy es un día de buenas noticias. Si nosotros nos callamos y esperamos hasta que amanezca, nos van a castigar. Mejor vayamos al palacio y avisemos lo que sucede”.
El sabor amargo de los recuerdos hizo que Giezi recapacitara en la manera que había procedido 7 años atrás, cuando la codicia lo había condenado a la enfermedad, la miseria y el olvido. Otra vez se encontraba frente a la misma prueba, pero no la reprobó, porque en vez de pensar nuevamente sólo en él y en su familia veló por el bienestar de todo su pueblo, al decidir confesarle al rey todo lo que habían encontrado en el campamento de los sirios.
Así, cuando su confianza en Dios sea puesta a prueba, ustedes aprenderán a soportar con más fuerza las dificultades. Por lo tanto, deben resistir la prueba hasta el final, para que sean mejores y puedan obedecer lo que se les ordene. Santiago 1:3-4 (TLA)
Sin importar lo que hiciste en el pasado, déjame recordarte que las misericordias de Dios son nuevas cada día y que Él está dispuesto a darte una nueva oportunidad si te arrepientes genuinamente del estilo de vida que has estado llevando. Empieza a poner en práctica todos los principios que tenemos en su Palabra y esfuérzate diariamente por ser una persona íntegra, que con sus acciones agrade a Dios y a través de ti se salven muchas vidas en vez de alejarse de Él por tu egoísmo y mal testimonio.
En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto. Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos. Gálatas 5:22-24 (TLA)
Mientras tengas vida tienes la oportunidad de resarcir algún daño causado y no volver a equivocarte, sólo necesitas proceder correctamente bajo la guía del Espíritu Santo.
¡No vuelvas a cometer los mismos errores, toma sabias decisiones con la dirección de Dios!
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