semana santa

Nota del evangelista Shalom Mis queridos hermanos. Que Dios les bendiga poderosamente. Estamos entrando en lo que se ha denominado la semana Santa o Semana mayor para el pueblo cristiano. Un tiempo que sabiéndose aprovechar utilizando para evangelizar eficazmente en esta época del año. Sirviéndonos de este glorioso evangelio el cual hemos recibido por gracia proveyendo una salvación tan grande a través de Jesús nuestro salvador. Teniendo por delante la camaradería y la hermandad entre los hermanos. Las necesidades de otros es la puerta que se nos abre para probar nuestra hospitalidad y el amor con el cuál hemos sido investidos. El que libera de nosotros lo mejor que tenemos para ofrecer a los demás. Hemos sido servidos con el bufete de La palabra, pero es también para reciprocar a otros. La iglesia primitiva si algo de elogiar tenía es que en tiempos como esto compartían el pan, su pedacito de carne. Cuando el pueblo hebreo salió de Egipto aquel momento grande de su redención en su salida tuvieron que hacer unos preparativos urgentes ya que le quedaba poco para salir. Su corderito, su y pan sin levadura o Matza y su yerbas amargas o maror estos 3 elementos fueron fundamentales en aquel momento para mantener sus fuerzas en el largo trayecto que le esperaba, una noche que no olvidarían jamás en sus vidas. Al igual que Yeshúa en su entrada triunfal a Jerusalén que marcaría el nuevo pacto que por nosotros fue encomendado. Hoy nosotros tenemos frente a nosotros, 3 elementos que marcan nuestra definición como cristiano que es un camino, una verdad y una vida señalada por el maestro Jesús El así mismo era el cordero pascual que hoy se nos ha entregado como salvación para que todo aquel que en el cree tenga vida eterna, estamos a punto de dar el último paso para nuestro final destino donde un poderoso avivamiento ceñirá la iglesia a un poderos avivamiento que la iglesia esta esperando por mas de 2 mil años. No hay lugar para el desatino, desaliento o cansancio sino es momentos de revestirnos de unción y poder donde afinando nuestros oídos oiremos el toque de la final trompeta. Sin olvidar que los muertos en Cristo resucitarán primero y luego nosotros los que hemos quedado como lo dice en 1 Tesalonicenses 4:16-17 (16) Porque el mismo Señor descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. (17) Luego nosotros, los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes, a recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Celebremos juntos con la copa de la redención, con el estandarte de la fe que nos acercará a todos más y más a Cristo. Que Dios te bendiga,