nueva vida 1

De todo un poquito Reflexión corta de nuestra pasada manera de vivir a la nueva criatura en Cristo Shalom Bendecidos Evangelista Héctor L Vázquez director de esta página. Quiero traer lo que el Espíritu Santo pone en mi corazón ¿Y porque digo el Espíritu Santo? Porque si buscamos las funciones del Espíritu vamos a ver que El ha venido para guiarnos toda VERDAD y a toda justicia. Juan 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Y las palabras verdad y justicia aquí nos muestras lo que es la deidad de Dios. El Eterno es todo verdad y toda justicia y esta se tiene que exhibir en nosotros para que el mundo sepa lo que hay en nosotros porque nos esta mirando como pueblo de Dios y ellos quieren ver en nosotros perfección, santidad y amor. Por eso es por lo que nosotros tenemos que andar exhibiendo y reflejando las bendiciones que Dios ha puesto en nosotros como también sus atributos porque la palabra dice que somos sal de la tierra, luz en medio de las tinieblas. Y si nos vamos a colosenses capitulo 3 nos dice; Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. ¿Te has preguntado tu lo que dice este verso numero uno, tu mirada esta puesta con todo tu corazón en el Cristo que esta sentado a la diestra del padre? Si esto es así se tiene que cumplir lo que dice el verso número 2 de colosenses 3 ¿Y qué dice? Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Si estamos haciendo lo que la palabra nos requiere y aconseja estamos siendo ejemplos de lo que es y debería ser un barón perfecto como lo dice el apóstol Pablo. Claro está que aquí en la tierra estaremos siempre tropezando con aquellas cosas negativas que el enemigo de las almas va a poner en nuestro camino para hacernos claudicar. ¿Recuerdan ustedes cuando el maestro Jesús ayuno que el diablo le pudo 3 pruebas para retarlo? En Mateo 4 1 al 11 Por eso la palabra nos llama a hacer morir las obras de la carne. Y ¿Cómo yo hago esto? Sometiéndonos a Cristo y al poder del Espíritu Santo. Quiero que te hagas una pregunta ¿Qué el mundo esta viendo el ti? Estas reflejando a Cristo o al otro al enemigo de nuestras almas. El como andas es muy importante porque ello denotara la abundancia de lo que hay en nuestro corazón. Las escrituras nos hablan de un joven llamado José hijo de Jacob que desde muy temprana edad mostraba agradar a Dios en todo lo que hacía, no así sus hermanos, pero al final José mostrando el ser sal de la tierra y el que estaba en el lo hacía modelar como luz del mundo, como una carta abierta de la cual se sirvió el faraón para colocarlo en la más alta posición dada en aquel tiempo a hombre alguno, el fue el primer ministro de Egipto de su tiempo como lo leemos en Genesis 41. Por eso las escrituras nos dice que busquemos el reino de Dios y su justicia porque las demás cosas vendrán por añadidura. Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Pero si en tu corazón hay santidad estarás reflejando y hablando en santidad. Porque es importante que sepas que nadie puede dar lo que no tiene. Los versos 3 y 4 del capítulo 3 de colosenses nos indica el efecto que tiene que haber para que pasemos de muerte a vida. Ahora vamos a tener aquí una lista de aquellas cosas que reflejan los que todavía no han nacido de nuevo y que la palabra nos llama a que hagamos morir las obras de la carne, todas estas cosas que nos da el capitulo que es una lista de lo negativo que hay en nosotros tienen que estas muertas en nosotros para que nosotros podamos reflejar a Cristo en nuestras vidas. Esto se puede hacer como nos dice 2 corintios 5 17 De modo que si alguno, esta en Cristo nueva criatura es, las cosas viejas pasaron y he aquí todas son hechas nuevas. Colosenses 3:3-11 (3) Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (4) Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. (5) Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; (6) cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, (7) en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. (8) Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. (9) No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, (10) y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, (11) donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Estas son las cosas que tienen que morir en nosotros, y ¿Cómo? Entregándoselas a Cristo. Y para resumir tenemos que poner en práctica lo que nos dicen los primeros 2 versos del capítulo que dicen. Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Y cuando esta nueva vida se refleja en nosotros se manifestará lo que nos dice en Colosenses 3:12-17 (12) Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; (13) soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. (14) Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. (15) Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. (16) La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. (17) Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.