cubierto de nieve

El Señor Jesús con sus ángeles vino a mi recate en un tenebroso invierno. Testimonio invernal. Evangelista Héctor L Vázquez director de esta página. La palabra dice en Daniel 4: 2 Conviene que yo declare las señales y milagros que Dios altísimo ha hecho conmigo. Primeramente, quiero darle la gloria a Dios porque si hoy el hermano Esteban y yo estamos aquí fue por un milagro que Dios hizo en época de invierno. En una ocasión nos llama un pastor para que fuéramos a predicar campañas evangelísticas para el norte de los Estados Unidos en época de invierno, nunca he contado este testimonio, pero no me quisiera ir de la tierra sin testificarlo. El pastor que hacíamos alusión anteriormente nos pedía de favor que si podíamos sacar por lo menos unos 3 meses en esta época dura de invierno porque decía el que los evangelistas y predicadores en época de inviernos fríos o nevadas no viajaban nos referimos a los meses entre enero y abril. Porque había ciertos riesgos para conducir en carreteras resbalosas y a parte que los hoteles costaban más caros. También el me comentaba que pedían una cantidad exorbitante de dinero para dar una campaña y estamos hablando de miles de dólares por una sola campaña. Nosotros habíamos casi acabado de llegar de haber estado casi un año fuera de nuestro hogar predicando el evangelio. Yo me encontraba cansado agotado y afectado de mi garganta y estaba bastante delgado. Porque entre los ayunos y que las comidas eran diferentes, esto hacia que uno adelgazara, aunque no quisiera y el hermano Esteban por igual estaba cansado, delgado y sus pies hinchados de tanto manejar el auto. Cuando terminamos esta campaña que nos pidió el pastor habían pasado ya 3 meses y para la gloria de Dios se habían convertido miles de almas. Pero el día que decidimos regresarnos a nuestra casa sucedió algo que no imaginamos y que creíamos que era inusual que no nos podía suceder a nosotros, pero en la viña del Señor no hay acepción todos somos iguales. Cuando salíamos de camino para un mes de marzo nos agarró una nevada y tuvimos que detenernos en el estacionamiento de un centro comercial ya que no se veía nada por causa del viento y la nieve y ahí nos estacionamos a ver que pasara lo fuerte de la tormenta y eso fue alrededor de 10 a 11 de la noche. Toda la nieve comenzó a tapar el auto a vuelta redonda, por los cristales no se podía mirar para afuera, las puertas de carro no abrían. Hacia tanto frio que quisimos prender la calefacción del auto, pero no funciono, hacia un frio que taladraba nuestros huesos, nos sentíamos que estamos en los tiempos de aquel pez que se tragó a Jonás. Parecía que todo estaba perdido y orábamos, pero no veíamos ningún resultado, de 10 de la noche y eran las 5 de la mañana y teníamos que pegar nuestros cuerpos uno del otro para sentir un poco de calor. Aunque usted no lo crea en eso momento se le vienen a la mente mientras se nos viene a la mente los familiares y amigos que para ese momento estaba durmiendo. En eso se acercaron varias patrullas de la policía aparentemente el guardia del centro comercial había reportado un auto solo en el estacionamiento toda la noche. ¿Cuántos de ustedes han escuchado el corito que dice Dios es nuestro amparo, nuestra fortaleza y nuestro pronto auxilio en las tribulaciones? La palabra dice que el Señor ha prometido estar siempre con nosotros y la palabra siempre es en las buenas y en las malas. El policía pregunto si había alguien dentro del auto y toco en los cristales a lo cual respondimos que estábamos allí y que estábamos bien. Solamente murtos de frio con hambre y asustados. No olvide que también somos humanos. El Señor decidió darnos una segunda oportunidad de vida y aquel tiempo pareció ser la noche más larga de la vida. La gente nos ayudo a abrir la puerta del carro a sacar la nieve de los cristales y a encender el carro. Cuando le contamos lo que habíamos pasado con la tormenta ellos nos dijeron que en otras ocasiones gente había muerto por menos que eso. Le dimos gloria a Dios y recordé ese corito que dice; cada die me siento mas alegre, aunque vengan tristezas y aflicciones, porque yo se que mi Señor esta conmigo y ha prometido no dejarme en aflicción, yo no estoy solo no, oigo al Señor decir si me eres fiel seré contigo hasta el fin. No dude hermano que el Señor Jesús con sus ángeles vinieron a nuestro rescate, así como El venció también nosotros somos vencedores por medio de aquel que nos llamo a su evangelio. En medio de pruebas grandes como esta no olvide hacer como Pablo y Silas y el apóstol Pedro cantar en la cárcel himno y alabanzas al Señor. Yo espero que este testimonio te ayude en momentos difíciles recordar que tu Dios es fiel t que vendrá a tu rescate. El salmista decía; Salmos 16:6 Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es hermosa la heredad que me ha tocado. Gracias Señor la gloria es para ti